El hombre es diferente del resto de seres vivos, nace muy pequeño, dependiente de
sus padres y todo lo que puede aprender va a ser transmitido a través de su padre, su madre (hogar).
En el post de hoy voy a hablar de un libro, El reloj de la familia. Este libro es realmente un método que marca el horario de la vida. Este método consta de ocho pasos y para llevarlo a cabo juntaron a 100 familias y vieron que había elementos comunes a todos.
Esto es una táctica para fortalecer las relaciones familiares.
8 pasos a seguir:
1. La disponibilidad
2. La gratitud
3. Formular el proyecto de familia
4. Las libertades
5. Toma de decisiones
6. La sabiduría del fracaso
7. El perdón
8. Reformular/celebrar
De estos ocho pasos me quiero detener especialmente en dos, que son los que a mi más me han llamado la atención. Para empezar el paso numero 2, la gratitud.
La gratitud (es un principio de psicología positiva) A algunas personas
“les engancha” dar pena. Ejemplo: Proust se inventaba que estaba enfermo simplemente
para que la gente fuera a visitarlo. Sin gratitud se olvida de dónde eres. Este ejercicio se hace por separado y luego se
juntan, una vez tienen su lista de cosas, dibujos, etc.
Esta es la definición que nos dio el profesor. Lo que me llamó más la atención fue el ejemplo que puso: Proust se inventaba que estaba enfermo para que la gente fuera a visitarlo.
¿Qué es la gratitud? La definición del diccionario es: Sentimiento de estima y reconocimiento que una persona tiene hacia quien le ha hecho un favor o prestado un servicio, por el cual desea corresponderle. El ser humano necesita ser amado, sentir que le importas a alguien, pero yo no era consciente de lo desesperada que está la gente por recibir atención, "dar pena engancha".
El otro paso que me gustaría destacar es el número 5, la toma de decisiones.
¿Cómo
tomamos decisiones? Existen modelos
de padres permisivos que no trabajan los límites previamente, un día esto explota.
También existe otro modelo de padre que son los “pacíficos” que se implantan
ciertos límites desde un principio. Este paso me ha gustado porque me he dado cuenta de lo afortunada que soy. Si tuviera que encasillar a mis padres en alguno de estos dos modelos sin duda los pondría como padres pacíficos que implantan los límites. Hoy en día gracias a la educación que mis padres me han dado sé perfectamente lo que "puedo" hacer y lo que no. Pongo puedo entre comillas porque por poder, podría hacer lo que me diera la gana, pero los años de convivencia con mis padres me han dejado claro lo que entra dentro de unos límites, y esos límites están más que aceptados por mi y por ellos.